miércoles, 16 de noviembre de 2011

CUIDEMOS EL AGUA Y DECLAREMOS A CAROLINA COMO RESERVA HÍDRICA NATURAL PROVINCIAL

   Mientras una gran parte de los funcionarios de gobierno se encuentran sumergidos en el clima general de la época de promesas primaverales electorales, se intensifica la discusión y resistencia de afectados o excluidos ambientales, ante la necesidad de tomar conciencia y recordar especialmente a quienes ambicionan ser nuestros “representantes” sobre el derecho y el deber de los pueblos a “vivir en un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano”; y en función de esta necesidad, el intrínseco derecho y deber de elegir qué actividades productivas serán las que nos sustentaran saludablemente en los territorios donde habitamos y cuales no aceptamos porque implican poner en riesgo los valores mas preciados de las comunidades presentes y futuras.

Es sabido que las corporaciones empresariales, con su lógica capitalista, suelen ser las principales causantes de violaciones a estos derechos. Lo que cuesta mucho entender y aceptar es que esas corporaciones adquieran siempre tanto poder gracias a que en cada nivel del estado existen empleados de niveles jerárquicos, que asumen decisiones políticas tendientes a facilitar y satisfacer los intereses de esas empresas y de los grupos económicos más poderosos – en su mayoría de capitales no locales- que al pueblo que les paga sus sueldos.

Durante el mes de setiembre, en diferentes tiempos y espacios, tanto el sábado 3 en la asamblea realizada en Carolina,(1) como el sábado 17 en la primer Feria de Intercambio de Semillas efectuada en San Francisco del Monte de Oro, vecinos y organizaciones de San Luis manifestaron esta preocupación analizando y compartiendo problemáticas apremiantes como el proyecto de Ley Avícola, los proyectos mineros instalados y por instalarse en la zona, los altísimos costos del agua, la falta de respuestas ante las fumigaciones con agrotóxicos, el avance de los monopolios empresarios que en el campo marginan y expulsan a los campesinos, entre otras situaciones críticas denunciadas, que dejan en evidencia la desprotección institucional gubernamental que se está experimentando en San Luis.

En el caso de la minería, a través de la asamblea realizada, las notas, las denuncias que se están dando a luz en estos tiempos, resulta clara la impotencia y el malestar que genera en la gente la realidad de los hechos: desde una oficina de casa de gobierno responsable de administrar y regular dicha actividad, se digitan y habilitan proyectos mineros sin tener en cuenta el destino de todo una comunidad, avasallando los derechos de las personas que deben convivir en el territorio con las empresas que se manejan libremente sin control alguno. Pareciera que el gobernador de nuestra provincia no estuviera enterado del estado de los campos afectados por la minería en Carolina, ya que en campaña presidencial en la vecina provincia de Mendoza, criticando el Lobby minero de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, se mostró orgulloso de que en San Luis no se apuesta a la minería, porque se valora más el agua que el oro.

Sin embargo los vecinos de Carolina y zonas aledañas, vienen denunciando la incompatibilidad total de las explotaciones mineras existentes, con las actividades de turismo, producción agrícola-ganadera, cría de llamas, entre otras realizadas por los habitantes del lugar. Se preguntan qué sucede con el agua, que cada vez baja menos cantidad por los afluentes, les preocupa que ya no queden peces en los arroyos.

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En Minería: ¿Quién nos protege?

La sanción y promulgación de la Ley IX-0634-2008, de Preservación y Restauración Ambiental del Sector Minero, en octubre del 2008, significó un respiro para los ciudadanos de nuestra provincia, especialmente aquellos que nos habíamos nucleado en asambleas a partir de la amenaza de la mega minería química, en Trapiche, Carolina, San Francisco, Santa Rosa del Conlara, Merlo, y San Luis capital. De hecho, la desaparición y cierre de las oficinas de la empresa Canadiense que se había instalado ese año en la turística localidad de Trapiche, fue un signo de que esa Ley era un claro y contundente mensaje para las transnacionales mineras del rechazo de San Luis a la minería química.

Si bien la ley que supimos conseguir prevé que la actividad minera se realice de manera responsable en relación al cuidado del medio ambiente, ésta constituye una de las tantas leyes que en materia ambiental existen en nuestra provincia sin ser reglamentadas ni aplicadas y son solo buenos propósitos que en la realidad no se cumplen. Para quienes en aquel momento de lucha sostuvimos amplias discusiones con la Directora de minería por su declarada y manifestada oposición a la promulgación de esta ley, era muy claro que tan importante como el articulo 1 que prohíbe el uso de químicos tóxicos (2) en todos los procesos de minería, era el articulo 8 que crea un comité evaluador honorario conformado por representantes de cámaras empresariales, sindicales, así como por instituciones y organizaciones con incumbencias ambientales, procurando que el control del cumplimiento de la ley no quede solo en manos de dicha dirección de minería “fiscalizada” por la autoridad de aplicación, el ministerio de medio ambiente.

Sin reglamentación y sin aplicación de la Ley más que en la teoría, a lo largo de estos años los vecinos que conviven en Carolina con empresas mineras han tenido que recurrir a acciones legales para demandar al estado por numerosas irregularidades presentes en la habilitación y control de los proyectos mineros. Este malestar y creciente preocupación fue expresado vehementemente en la asamblea de vecinos realizada en Carolina, donde en reiteradas oportunidades se denunció la responsabilidad que le cabe a la Dirección de Minería por favorecer los intereses de las empresas mineras, actuales y en trámite, obviando exigirles cumplimentar correctamente con los requisitos mínimos que imponen las normativas ambientales y mineras vigentes. También los productores de papa, manifestaron que en diversas oportunidades han presentado denuncias respecto a los daños que producen a sus tierras y a su producción los proyectos mineros asentados en esa zona, sin encontrar respuesta alguna.

A pesar de que los empresarios mineros presentes -de nacionalidades español, ruso y venezolano- dieron un largo discurso de que en sus métodos de extracción de oro a través de corte y relleno a cielo abierto, sólo utilizan agua y no químicos, las fotos y relatos expuestos por los propietarios de campos a quienes se les impone la explotación minera, fueron más que elocuentes respecto a los daños ambientales que viene generando esta actividad. Todos los participantes coincidimos en que el valor mas preciado que hoy necesitamos proteger es el agua y que no existe lógica alguna en que se ponga en riesgo la cantidad y calidad del agua de nuestra provincia, para alimentar las ganancias de empresas extranjeras que a lo largo de estos años no han demostrado el cuidado y la reparación necesaria de los lugares donde extraen los minerales. Se planteó también la contradicción absoluta ante la incompatibilidad entre la minería y la Ley que nombra a Carolina como zona protegida para la producción de papa semilla, dictada y promulgada por el gobierno provincial hace 18 años.

Los participantes firmamos nota al gobernador –presentada hace casi un mes y aun en espera de respuesta- pidiendo la reglamentación de la Ley de Preservación y Restauración Ambiental del sector minero, para que de manera urgente se viabilice el control de los proyectos mineros, con la participación popular. El consenso general expresado en el Acta de la Asamblea, fue la necesidad inaplazable de que se protejan los cerros y los suelos con sus pastizales naturales, y que no se destruya con cortes de ningún tipo el frágil equilibrio y conexión de las correntías naturales del agua: “Los vecinos manifiestan la voluntad de que se respete a La Carolina como zona protegida en lo referente a las nacientes de las cuencas hídricas que aportan agua para consumo a toda la provincia, como principal recurso a proteger, por lo tanto solicitan que toda la zona sea declarada de exclusión minera y libre de agroquímicos”.

Concientes de lo distraídos que están nuestros “representantes” de gobierno en sus propias prioridades, se planteó la necesidad de informar a la población respecto a la situación en nuestra provincia para articular organización, camino de trabajo que se vislumbra para que empresas y gobierno escuchen y atiendan las necesidades y derechos de la gente. A continuación, transcribo algunas de las declaraciones de los participantes de la asamblea mencionada.

Cecilia Sustersic
cecisustersic@gmail.com
www.alertatierra.org.ar

Lo expresado por los participantes:

“Hay 3.500 millones de personas en el mundo que no tienen agua potable, o sea que discutir la importancia del agua no tiene sentido, cada vez va a ser mas difícil, cada vez va a ser mas caro tener agua potable. Acá el principal problema es el agua: es grande, grande, grande, porque cuando yo corto esta pampa 100 o 200 mts de ancho, por 15 mts de hondo… decapito todas las napas que vienen bajando de las sierras en este sentido que es donde nacen los ríos que van a San Francisco, al Valle del Conlara, o al Río, entonces todas estas pequeñas napas yo las estoy decapitando, las corto, a parte de todo el material que remuevo, todo el calcareo que yo tengo se vuelve veneno al mezclarlo con las napas de agua. Como poblador de toda la vida del pueblo, lo que he visto es que acá el tema de la minería es una caja negra, no sabés que carajo pasa ahí adentro, tiene entrada, tiene salida, pero no sabes lo que pasa ahí adentro, nadie lo sabe, somos todos muy buenos, pero cuando después yo quiero ir a ver, hay unos perros grandes así, hay un sereno con escopeta, imposible entrar. El campo es un desastre, y en los estudios del gobierno esta todo bárbaro”. Sabanes de Rancho Suizo

“Lo de la caja negra es bastante así… porque en realidad en este lugar no conocemos mucho lo que sucede en cuanto a la minería, siempre nos vemos amenazados por gente extraña que anda rondando, hace unos años fueron helicópteros que rondaron nuestras tierras, nuestro pueblo, hoy camionetas con vidrios polarizados y nunca sabemos quienes son, que quieren hacer, porque se habla de minería, se habla de explotación pero los vecinos de la Carolina no sabemos de qué manera trabajan, cómo quieren trabajar. Yo vivo en Carolina desde que naci y somos libres de tomara agua de cualquier rio, no queremos tener el miedo de tomara agua que esté contaminada, que nuestros chicos vayan a bañarse al rio y tenga cianuro. Sabemos que Carolina es un pueblo minero pero es historia qué quedó en La Carolina, historia nada más, no quedo oro en San Luis, no quedó oro en la Argentina , va a seguir pasando lo mismo que está pasando hoy en otras provincias, no queremos que siga pasando. Así que para ver si es verdad lo que dicen, podrían hacer un fondo blanco con el agua que están en los pozos que vemos en el google, de la vista aérea, esos pozos gigantes con agua que no sabemos que tienen…estaría bueno ir todos conjuntamente con los señores y hacer un fondo blanco a ver si verdaderamente podemos tomar esa agua, en Carolina estamos tranquilos hasta que llega la minería, porque queremos que los cerros sigan estando donde están, no queremos que alguien venga y nos destruya los cerros, porque si quieren eso, váyanse a vivir a San Juan, no queremos que en La Carolina pase eso…” Marcos de Carolina

“Soy Zabala, productor agropecuario, tengo un campo ubicado acá a 11 km de La Carolina, a la ordenanza que leyó la intendente le falta adherir a la Ley 5463 en todos sus términos, que es la Ley que hace 18 años fue dictada y promulgada por el gobierno provincial, en donde declara zona de reserva la zona de Carolina, tomando como centro la localidad de carolina, 28 km a la redonda, zona protegida para la producción de papa semilla. Lo peor de todo esto es que a la dirección de minería le hemos hecho infinidad de reclamos sobre este tema y han otorgado concesiones mineras en lugares de sembradíos y ustedes saben perfectamente, sobretodo los que trabajamos para el campo, que cuando se hacen remociones de tierra en lugares de sembradíos, esa tierra queda absolutamente inutilizada por mucho tiempo, no sirve más y eso es lo que ha pasado en mi campo, hicieron alrededor de 700 mts de largo por unos 30 o 40 mts. de ancho una excavación de 7 mts de profundidad, esa tierra queda inutilizada por décadas, no nos sirve para lo que nosotros producimos. Si tratamos de compatibilizar la minería con la agricultura y la ganadería es INCOMPATIBLE, no podemos entender cómo la provincia declara una zona semillera y encima, donde nosotros no podemos sembrar otro tipo de papa que no sea de alta calidad certificada, porque si lo hacemos nos cae el estado nos hace problemas, nos aplican las multas que corresponden nos levantan el sembradío… pero de atrás vienen y nos meten un emprendimiento minero en los lugares de los sembradíos… Yo no estoy en contra de la minería que cuando se hace racionalmente creo que es útil, pero no podemos permitir que se nos haga trabajo de minería en los lugares de siembra, en mi caso personal y creo que todos los productores que estamos allí en la zona de estamos totalmente convencidos de que es totalmente nocivo, incompatible el trabajo minero con la actividad nuestra, de manera que yo, en mi caso personal no voy a autorizar bajo ningún concepto ningún trabajo de minería en mi campo”.

“¿El oro nos es tan necesario que tenemos que poner en riesgo nuestra salud? Si nosotros que vivimos acá nos arreglamos con muchísima menos plata, no necesitamos nosotros el oro… ¿porqué? ¿qué necesidad tenemos que padecer esto? Nos aterrizan, nos sobrevuelan los helicópteros no entiendo porqué tenemos que vivir esto? ¿Para qué? ¿Para que otros tengan más? si para nosotros lo que realmente vale es este aire y esta agua que tenemos…¿qué mas que eso?, para qué para que después veamos a una actriz estadounidense, tomando la botellita de agua de Mendoza, que la pagó en euros, ¿porqué se llevan y usan mi agua y yo aquí tengo que vivir con miedo?… ¿porqué? encima yo no me los imagino a ustedes que vinieron a cuidar esto con esas tremendas máquinas… ustedes no vinieron a disfrutar esto, a estar tranquilos relajados con su familia…¿porqué tengo que padecer esto? Nosotros no estamos molestando a nadie basta, basta, ya está. No queremos que estén acá. Nuestra vida es esto, porqué no podemos estar tranquilos?”.Cecilia A., de Rio Grande

“Lo que no entiendo es que si Carolina da agua a todo San Luis ¿cómo puede ser que no la protejan? el agua es un recurso fundamental… y esta reunión no tendría que existir… esta historia se viene repitiendo desde la colonia, América Latina rica, siempre saqueada, joven, ellos ya están viejos, no los queremos acá, queremos que se vayan…”

“Soy de san Francisco y estamos muy preocupados, nosotros no vivimos del oro, nosotros vivimos del turismo, de la agricultura, de la ganadería, no lo necesitamos realmente, nos preocupa cuidar el agua.”

*Art. 41.- Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales. Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales. Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.
 

SAN LUIS: El agua en peligro: La Carolina en la mira de Transnacional Minera

Mas de 80 pobladores preocupados por la actividad minera en la provincia, provenientes de La Carolina y sus parajes aledaños, de Trapiche, San Francisco, Rio Grande y San Luis ciudad, se congregaron el sábado 29 de octubre pasado, en la segunda Asamblea por el agua, que reclama a las autoridades provinciales la creación de la Reserva Natural Hídrica Provincial de La Carolina. Nuevamente se contó con la presencia de la intendente de Carolina recientemente reelecta, Ingrid Blumencweig y esta vez se sumaron representantes del Ministerio de Medio Ambiente, el Dr. Omar Saá consultor externo de dicho Ministerio y la Jefa de Área de Gestión e Impacto de Residuos Marcela Sánchez, quienes según lo expresaron asistieron “con la idea de interiorizarse en la problemática y escuchar a los pobladores”.

Fue notorio como en el tiempo transcurrido desde la última asamblea el 3/09 (Ver Nota) muchos asumieron en primera persona la responsabilidad de buscar información respecto a la naturaleza de la actividad minera en nuestra provincia y en Carolina en particular. Con la dinámica típica de la asamblea, se fue exponiendo y socializando los testimonios vivenciados y transmitidos en el boca a boca, investigaciones presentadas en diapositivas, aclaraciones sobre normativa vigente, inquietudes y reflexiones -muchas de ellas planteadas a los funcionarios presentes- y se fue construyendo así un proceso de trabajo asambleario de más de cuatro horas, donde quedó en evidencia la necesidad urgente de movilización en torno a la problemática de la minería en San Luis.

Pasando en limpio, podría sintetizarse que el trabajo giró en torno a tres ejes que fueron surgiendo una y otra vez espontáneamente y desde diversas miradas: (*1 Antecedentes Preocupantes) por una parte los antecedentes y el accionar preocupante de la empresa de capitales transnacionales Pinsapo Ecogold atestiguado desde que se instaló en La Carolina. Por otra, la diversidad de leyes (*2 Leyes) que potencialmente protegen a La zona de La Carolina de cualquier actividad productiva contaminante o destructiva del ambiente natural, que están siendo desobedecidas por la evidente “dificultad” de los organismos estatales responsables, para integrarlas y cumplirlas a la hora de habilitar, fiscalizar y controlar las actividades mineras. (*3) Ante estas complejas realidades, y ante la ausencia de respuesta por parte del gobernador de la provincia al reclamo presentado hace dos meses, también se dialogó intensamente sobre la manera en que nos organizamos los vecinos, para generar la conciencia de la importancia de que se proteja definitiva y concretamente el agua como el bien más fundamental y por lo tanto, se constituya a La Carolina y sus alrededores, como Reserva Hidrica Provincial, dado su estratégico valor como el gran colector de aguas de la provincia, del que depende la calidad y la cantidad del vital elemento que alimenta y provee a la mayoría de los embalses artificiales de la provincia.

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